Él buscaba una oportunidad.
Algo que a través del mar y el tabaco lo arrullara, olvidando.
Una bocanada de paz. Y la conoció.
No entraba droga en su sangre que lo colocara tanto como su sexo.
Se necesitaban. Se fortalecían. Se contradecían.
Eran partes inconclusas de historias dispares y tenuemente oscuras.
Mentían, engañaban , amaban y zozobraban.
Ahora la lluvia cae en tierra recién revuelta.
El mundo.
Lo devoró el mundo.
martes, 24 de mayo de 2011
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